Vicky Álvarez Lebredo será premiada por Acisa con la denominación ‘Ribadense do ano’ en la Gala que tendrá lugar el día 28 de abril en el Parador de Turismo a partir de las nueve de la noche. La presidenta de Acisa, Carmen Cruzado, señalaba hace unos días que Vicky Álvarez Lebredo es merecedora de esta distinción “polo seu amor por Ribadeo, pola súa implicación no traballo e nas actividades organizadas por Acisa, así como pola súa implicación e participación nas accións desenvolvidas pola AECC ou en citas como o Entroido ribadense”.
En esta entrevista Vicky Álvarez Lebredo nos comparte una pequeña parte de su vida ligada a Ribadeo: la farmacia familiar, su participación activa en eventos locales, recuerdos, proyectos y su conexión con el pueblo que la vio nacer.
Vicky, acabas de ser nombrada como ‘Ribadense do ano’...
En Ribadeo transcurrió la mayor parte de mi vida, salvo unos años que por estudios estuve fuera. Aquí me casé, formé una familia, trabajé... Para mi Ribadeo lo tiene todo, mar, montaña, ría, comercio, gastronomía, playas, senderismo, pesca, su casco viejo, una ruta indiana preciosa... podría estar horas hablando de Ribadeo. Como digo yo siempre: ¡de Ribadeo al cielo!
¿Qué ha supuesto para ti este reconocimiento?
¡No me lo esperaba para nada, fue una sorpresa! Cuando me llamó Carmen Cruzado, la presidenta de ACISA, para proponérmelo me quedé muy sorprendida. Estoy muy orgullosa y sobre todo muy agradecida.
A los ribadenses le ha encantado que te hayan dado esta denominación…
Sí, la gente me felicita por la calle. Gente que, lógicamente conozco porque somos del mismo pueblo, pero con los que no tengo un trato habitual y apenas hablo me dicen que se alegran, que están contentos y que lo tengo muy merecido. Eso sí que me abruma un poco (se ríe).
La gente te conoce porque has estado toda la vida detrás del mostrador de la farmacia de Cid. ¿Cómo definirías tu etapa en la farmacia?
Mi vida en la farmacia fue un aprendizaje continuo a lo largo de los años. Ya desde muy pequeña al salir del colegio pasaba por la farmacia a ver a mi padre, y muchísimas veces llevaba a alguna amiga porque les encantaba pesarse en una báscula de esas que teníamos antes de las antiguas. Todo esto, después se convirtió en una vida laboral de 43 años.
La farmacia fue fundada en 1951 por mi padre, Carlos Álvarez Fernández Cid, por ello a la farmacia se la conoce como 'la farmacia de Cid'. Mi incorporación fue aproximadamente en 1979 como auxiliar, después más tarde fui adquiriendo funciones con más relevancia por la enfermedad de mi padre y posterior fallecimiento. Continué mientras que mi hermana Carmen estudiaba la carrera y se licenció, y después seguí como jefa de compras y jefa de personal hasta mi jubilación. Me siento muy orgullosa de decir que la farmacia que fundó mi padre ya va por la tercera generación, con mi sobrina Rita y mi hija María.
¿Echas de menos tu profesión?
Lo que echo de menos es el contacto con el público, que es muy agradable para mí, y con el tiempo algunos clientes pasaron a formar parte de mi vida. Suelo decir que lo que echo de menos es el mostrador, pero se está muy bien jubilada (se ríe). Es una etapa distinta y gratificante.
Te jubilaste hace dos años y una de tus aficiones favoritas es viajar, ¿algún sitio como Ribadeo?
Sí, la verdad es que me gusta darle mucho al tacón (se ríe). Ribadeo para vivir tiene todo, ¿me gusta viajar y conocer otros sitios y otras culturas? realmente sí, pero después de estar unos días echo de menos volver a casa.
¿Siempre has estado involucrada en iniciativas solidarias?
Con la Asociación Española de Lucha Contra el Cáncer hace muchísimos años que colaboro. Al principio fue de forma esporádica porque mi trabajo no me permitía disponer de tiempo para todo lo que se hace -que es mucho-. Desde que me jubilé colaboro en todo lo que se puede y tengo que decir que el equipo es estupendo y la directiva de diez.
Es un trabajo que considero que desde fuera 'no se ve' realmente lo que es, ya que requiere mucho tiempo y esfuerzo, pero está claro que da sus frutos. No es simplemente recaudar fondos -que es tan necesario- sino apoyar a la gente que está pasando por ese proceso y que lo agradecen mucho. Ribadeo es un pueblo muy muy solidario, se hacen muchas iniciativas a lo largo del todo el año y la gente responde de manera excepcional.
Es frecuente verte en los mercadillos benéficos...
Me encanta y debe ser porque llevo dentro el contacto con el público. El mercadillo lo tenemos en la calle El Viejo Pancho, en la antigua Droguería Pulpeiro. En las navidades fue muy muy bien, y esperemos que vaya del mismo modo en Semana Santa, que volveremos a abrir.
Por otra parte en verano, desde hace 17 años colaboro con el mercadillo que hacemos en el mes de agosto, que es impresionante porque se vende absolutamente todo y participa todo Ribadeo y alrededores. Restaurantes, bares, particulares, gente de las parroquias... colaboran todos. Este año, como novedad, se sorteaban vales con una cena o comida para dos personas, o una noche en un establecimiento, lo que incentivó a participar a la gente aún más. Por otra parte, este año se realizó por primera vez una subasta de cuadros y fue un auténtico éxito, hay destacar la generosidad de la gente que dona las obras.
Siempre apoyaste la labor que realiza ACISA.
Llevo yendo a la Gala de Acisa desde hace diez años, y cuando tienes un negocio ves claramente como trabajan y lo bien que lo hacen. Cuando estaba en activo en la farmacia me involucraba mucho con sus campañas. Siempre están con iniciativas como el día del padre, el día de la madre, la campaña de navidad, san Valentín, jornadas gastronómicas, sorteos, promocionan Ribadeo en Fitur... Son impresionantes los sorteos que hay después de la campaña navideña, en el que se llena Ribadeo de gente que viene de otros lugares y los premios son muy importantes. Pocas asociaciones trabajan tan bien como Acisa. Es muy necesario su labor para visibilizar Ribadeo e incentivar el consumo local. Quizás la gente no lo ve al 100% hasta que no están involucrados de algún modo, trabajan por y para Ribadeo y a la vista están los resultados.
No podemos pasar por alto el Entroido, ¿no?
¡Me diste en el punto flaco! (se ríe) Siempre me oirán decir que yo nací disfrazada. De niña me valía absolutamente todo, cuando no había disfraces ni nada que se le parezca, me valían hasta los calzoncillos de mi padre que eran muy graciosos para ir vestida de futbolista. Una mamona de ternero que cogía en la farmacia para poner en la nariz, con unas medias de mi madre por encima de la cabeza... bueno ¡me valía absolutamente todo! Ya desde hace unos años, tenemos un grupo bastante numeroso, "ya entraditas en años" que nos llamamos 'Las mismas de siempre', porque realmente somos las mismas de siempre las que año tras año salimos contra viento y marea.
¡No hay año que no te disfraces!
¡Pues sí! Digo contra viento y marea porque un año, yo estaba recién operada de un pié, y salí igual, vestida de monaguillo y con un zapato ortopédico. Nos gusta mucho que la comisión de carnaval -esté quién esté- cuenten siempre con nosotras para todo: para los pregones, para las galas, para las fiestas... Yo creo que ya están esperando a que salgamos "¿donde estarán estas? ¿de qué irán este año?". Desde luego hay una cosa que es imprescindible: no tener sentido del ridículo, porque sino no sales a la calle (se ríe).
Desde Acisa en colaboración con el Concello, se intenta recuperar iniciativas como la Comparsa do Cocho, la Mascarita y la Cea do Antroido...
Me gusta mucho -será porque ya tengo una edad- recuperar lo de antaño. Ribadeo tiene una tradición de carnaval que es una pena perderla. Me hace especial ilusión que se recupere la mascarita y como no, fui a la Cea do Antroido de este año -que seríamos sobre 200- y fue un éxito. Lo que más me gustó es que había grupos y pandillas de todas las edades y que estábamos todos juntos. Por cierto, el cocido estaba riquísimo.
¿Aprovechas el Ribadeo Indiano para lucir tus mejores galas?
En el Ribadeo Indiano el año pasado salí vestida de cocinera antigua, porque me gusta más que ir tan puesta, lo que primo en esta etapa es la comodidad. Este año todavía no lo tengo pensado, pero algo he de hacer. Otros años improvisé tirando de baúl.
El año pasado precisamente salí con dos amigas vestidas de cocineras y con un carrito y pedimos a los allegados y familiares si nos podían preparar algo para ese día. Fue muchísima gente la que colaboró, y todo lo que recaudamos -que fue mucho- fue destinado a la asociación local de lucha contra el cáncer. Fue iniciativa propia entre Mari Carmen Pillado, María José y yo, y la verdad es que tuvo mucho éxito.
¿Cuál es tu fiesta favorita?
Si te digo que mi fiesta favorita no son los Indianos igual me riñen (se ríe), porque para Ribadeo es la fiesta por excelencia en la que hay un volumen muy alto de gente para los negocios, hostelería, hoteles... Pero mi fiesta más importante es el carnaval, sin duda.
¿Con qué sitio de Ribadeo te quedas?
Tiene tantos rincones Ribadeo... que ahora mismo te diría que mi sitio favorito es mi casa con las maravillosas vistas a la ría que tenemos.
¿Y una playa?
Mi playa favorita siempre fueron Os Castros y As Illas, con el tiempo fui cambiando. Tengo muy buenos recuerdos de ir de comida con mis padres a los Castros, y después ya con los amigos y amigas.
¿Un plan perfecto?
Un plan perfecto es salir a cenar los sábados con los amigos y pasar un rato agradable con ellos. En Ribadeo lo que sobra son sitios para estar bien y a gusto.
Para terminar, ¿Cómo definirías Ribadeo?
Ribadeo es un pueblo muy acogedor, que recibe a todo el mundo con los brazos abiertos, que lo mires por donde lo mires es bonito y que tiene todo lo necesario para pasar una estancia de vacaciones e incluso para jubilarte y vivir aquí definitivamente. ¡Ribadeo está de moda!