La familia luarquesa Pérez Fernández tiene mucho que celebrar estos días. Eva Fernández es deportista, mentora del Club de Kárate de Luarca, y madre de Alejandro Pérez. Orgullosa, cuenta, con humildad, los progresos del joven de 17 años que, además, es su compañero sobre el tatami. Ambos conquistaron, este sábado, el campeonato nacional de Kobudo en Luarca (que, por primera vez llegaba a Asturias). «Fue super especial», confiesa la karateca, que se llevó tres oros.
Ganar un campeonato nacional en casa, en Luarca, y hacerlo de la mano de tu hijo, es una cadena de alegrías. Pero ya, que Luarca sea además Villa Europea del Deporte este año 2025, es como si se conjurasen los astros. «Alejando es muy joven todavía, pero yo no sé si volveré a participar ya de algo así. Llevo unos veinte años con el Club de Karate y, para mí, que trabajo día a día por el deporte de Luarca, ser Villa Europea es un reconocimiento maravilloso, que sentimos muy nuestro», asegura Fernández, de 43 años.
Aunque asidua a los podios (haciendo bronce, por ejemplo, en categorías mixtas) este es su primer campeonato nacional, ya en categoría femenina. El Kobudo era una disciplina que siempre había estado ahí, pero en la que, reconoce, no se planteaba competir. «Había practicado con Benjamín Martínez. Y de vez en cuando nos juntábamos con amigos y practicábamos algo… Pero, gracias a Pablo, fijamos unos días concretos para entrenar. Vamos a Oviedo los sábados, nos levantamos a las 7:30 horas… Alejandro venía empujando detrás y dimos ese paso de salir a competir en Kobudo», detalla Fernández.
En pleno segundo curso de Bachillerato, Alejandro es cuanto menos polifacético. Técnico deportivo de nivel 1, Cinturón negro y primer Dan de Kárate y socorrista en proceso. También va a la Escuela de Idiomas y, su hermano pequeño no se queda atrás: tiene quince años y es cinturón negro.
En esta ocasión, en Luarca, el binomio ganador de Eva y su hijo mayor consiguió, además, sacarse una espinita, derrotando a la pareja manchega que, en los últimos dos campeonatos, les relegara a la segunda posición del podio. «Alejandro esta en progresión, entrenamos mucho y llegamos super compensados. Esto sirve de lección, es genial para alguien joven, que va subiendo de nivel, ser capaz de levantarse y decir ‘vamos a volver a intentarlo’ y ver tu esfuerzo recompensado», apunta la campeona. En su casa, el karate, se heredó por ambas parte, ya que su marido también es karateca.
«Eva y Alejandro han logrado la máxima distinción en sus respectivas categorías, gracias al entrenamiento y la disciplina permanente. Enhorabuena en nombre de todos los ciudadanos de Valdés», señala el alcalde valdesano, Óscar Pérez, desde el polideportivo municipal donde se celebró la prueba, y el público se rindió a sus paisanos luarqueses: Eva, con tres oros y Alejandro, con dos oros y un bronce. Y diecisiete años...
