«Las comunidades energéticas son un instrumento muy importante para la cohesión social y la eliminación de la pobreza energética», defienden los técnicos en los Oscos

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photo_camera Diego Lago, de la Faen, durante su charla divulgativa sobre comunidades energéticas, en la Casa de Cultura de Santalla. Foto: Á. R.

Expertos de la Federación Asturiana de Energía (Faen) explican en Santalla las posibilidades de estos nuevos modelos de generación y consumo para ganar soberanía. Mientras, el Ayuntamiento, comenzará a reunir a los vecinos que estén interesados  

Cada vez es más común oír hablar de las Comunidades Energéticas, pero en cifras, las 353 comunidades de España (según datos del Observatorio de Energía Común en 2024) están lejos de las más de  4.000 de Alemania. El ahorro en la factura de la luz sigue siendo la principal motivación de la mayoría de ciudadanos y Ayuntamientos que se interesan por este tipo de proyectos, si bien las comunidades energéticas «tienen beneficios sociales que van mucho más allá, como el empoderamiento e independencia» apunta Diego Lago, de la Fundación Asturiana de la Energía (Faen).

Lo contó, este martes, en la Casa de Cultura de Santa Eulalia de Oscos, en una de las actividades de divulgación con las que los técnicos de la Faen recorren el territorio asturiano. «Una comunidad energética es un instrumento muy importante para la eliminación de la pobreza energética. Por ejemplo, una asociación de vecinos puede crear una en colaboración con el Ayuntamiento y, este último, ceder espacio en un centro social que también es biblioteca. Esa energía que se genere allí, que es del Ayuntamiento y que no va a consumir, por ejemplo, en fin de semana lo puede destinar a Servicios Sociales, que lo distribuirán luego entre los hogares con mayores dificultades», explicó Lago. 

Con numerosas dudas que resolver, un puñado de vecinos se congregaron para escucharle, además del alcalde, Francisco López y el concejal Alejo Riveras, que mostraron el interés del gobierno local por el desarrollo de este tipo de proyectos. «Hay cinco pasos para crear una comunidad energética: crear un grupo motor, planificar el proyecto, elegir la forma jurídica, la financiación y ejecutarlo», resumieron los técnicos. En el primero, recopilando los nombres de los interesados, se encuentra el Ayuntamiento. 

«Las comunidades energéticas son rentables de por sí. En siete u ocho años sin subvenciones ni nada se puede fijar ya el periodo de retorno de la inversión. Las subvenciones las tramita en España el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE) y suelen ser de un 60% de la inversión inicial. También habrá una subvención específica del Principado, consignada ya en los presupuestos de 2025, pero de la que estamos esperando conocer las bases», señaló Lago. Con ejemplos reales, y realistas, los técnicos situaron en unos 24.000 euros más IVA el coste aproximado de una instalación de autoconsumo para doce usuarios. 

La limitación de áreas de 500 metros en línea recta (en el caso de que las placas solares se encuentren instaladas en el suelo) o de dos kilómetros (en el supuesto de que estén en tejados) fue uno de los aspectos más criticados por los asistentes a la cita en Santalla. «En una ciudad de 500 metros a la redonda vive muchísima gente, pero en un pueblo esas distancias son muy escasas», apuntaron, en relación a la normativa europea actual que decreta quién se puede beneficiar de la energía generada en un punto de autoconsumo. 

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