Celebrando la opulencia y la elegancia de una época dorada

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photo_camera Vestimenta tradicional de la población rica.

Con la celebración del Ribadeo Indiano se revive una época de esplendor y lujo que viene acompañada con desempolvar nuestras mejores galas ‘de época’.

Una de las características más distintivas del estilo de los indianos reside en la vestimenta que tanto hombres como mujeres adoptaban. Los caballeros preferían las guayaberas blancas, camisas largas de manga corta adornadas con finos bordados, que combinaban con pantalones de lino y trajes beige. Pero el verdadero toque de distinción lo aportaba el icónico sombrero panameño, hecho de paja y de color blanco, ideal para protegerse del sol tropical de sus tierras americanas y convertido en símbolo indiscutible de elegancia y estatus. Por otro lado, las damas no se quedaban atrás en términos de sofisticación. Inspiradas en la moda de ciudades como La Habana y Buenos Aires, vestían con trajes amplios y vestidos de colores claros, predominantemente blancos o marrones, que se adornaban con encajes y blondas. El accesorio que definía su estilo era la pamela, un sombrero adornado con flores que complementaba a la perfección sus atuendos. A esto se sumaban los chales de encaje, abanicos delicados y la abundancia de joyas, ya fueran perlas, oro o cualquier otro símbolo de riqueza y distinción. Para aquellos que aún dudan de cómo alcanzar este estilo único de ‘Las Américas’, los colores clave son el blanco, el beige y los tonos pastel. Las mujeres deben optar por vestidos delicadamente decorados con blondas y encaje, complementados con sombreros adornados con flores, guantes o mitones, abanicos y, por supuesto, una generosa cantidad de joyas. Mientras tanto, los caballeros lucen levitas o trajes elegantes, acompañados de chalecos de algodón, guayaberas impecables, sombreros panameños y leontinas de oro que adornan sus chaquetas con un aire de refinamiento sin igual. No podemos olvidar los detalles adicionales que completan esta imagen de opulencia: los baúles y antiguas maletas cargadas de joyas, regalos y dinero, elementos inseparables de la imagen de los indianos. Incluso aquellos más afortunados entre los emigrantes traían consigo a sus sirvientes, subrayando así su posición privilegiada en la sociedad. Los sirvientes de los indianos vestían de manera modesta y funcional, adaptada a su rol dentro de los hogares de sus empleadores. Los hombres llevaban trajes sencillos de algodón o lana, mientras que las mujeres usaban vestidos o faldas con blusas, generalmente con delantales para proteger su ropa durante las tareas domésticas, a lo que se le añadía un pañuelo para cubrir el pelo. Es un día para desempolvar los baúles, planchar meticulosamente nuestras mejores galas y perfumar el aire con el espíritu audaz y orgulloso que caracterizó a aquellos que regresaron de ultramar con fortuna y estilo.

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