"Ayudamos a que todo el mundo esté listo para esta ocasión". Así explicaban los artesanos su función en el Mercado de Ultramar, ubicado en el Barrio San Roque, durante la jornada de ayer del Ribadeo Indiano.
Aunque, en su mayoría, los comerciantes de estos productos hechos a mano, valoren "el interés y el contacto personal con los usuarios" notan que el número de ventas se redujo considerablemente en comparación a otros años. "Antes vendíamos tres productos y ahora la gente se controla más y compra una cosa", expresa la comerciante de productos comestibles, Marina Bouso.
Más que un mercado
Ilia Ramos se describe como una artesana "mítica" de Ribadeo. Los productos que fabrica, indica que son "hechos con mucho amor" y los bolsos que realiza a mano son un gran atractivo para los visitantes del mercado. "Si alguien me pide que le haga un bolso para un evento con tela que le sobró de un vestido se lo hago", comenta. El taller de Ramos (Artesanía I.R) y su venta ambulante lleva una década existiendo y ya es un icono para los lugareños de la zona. "Esto va más allá de la artesanía es el trato con la gente más cercano, el agradecimiento de los vecinos y el valor que te dan. Este tipo de trabajos es muy agradecido", dice emocionada.
La ribadense Ilda Sordo es la promotora de la propuesta artesanal "Amor Indiano". En su puesto, se podía vislumbrar sombreros hechos a mano tanto para hombres como para mujeres, además de otros complementos de estilo clásico. "Llevo desde el primer año que se hizo el Ribadeo Indiano con esta propuesta y, para esta celebración hacemos más sombreros y a la gente le gusta este tipo de propuestas", asegura.
A pesar del interés de los visitantes, asegura que "hay un problema" en este tipo de celebración y es que "la gente confunde que el Ribadeo Indiano es venir disfrazado y estos días es para vestirse de indiano", explica la artesana. "Estos productos son hechos con mucho amor para que la gente represente la relevancia de lo que implicaron los indianos para esta ciudad y celebrarlo".
Según Sordo, este año la mayor implicación la aseguraron los gorros de hombre. "El hombre es el que más se ha animado a comprar".
Por su parte, la propuesta de Montse Quintana lleva 25 años creando encuadernaciones artesanales. No cuenta con una tienda física, pero tiene un taller en su casa donde crea sus obras y luego las vende en las ferias donde participa. "Lo que vendo es por ferias y mercados como este", asegura. Encuadernaciones Principado lleva es una propuesta que viene de Castropol y lleva varios años participando en el comercio del Ribadeo Indiano, ya que "es una propuesta adaptada a las encuadernaciones. Antes se escribía más, no había móviles y aprovecho esta oportunidad para mostrar lo que hago" relata.
Quintana asegura que el interés de los visitantes a su puesto es "muy palpable". Sin embargo, el número de ventas no acompaña tanto. "Hay mucho interés y pregunta, pero comprar es entre comillas y lo que más está gustando son las libretas bordadas", cuenta.
Esta misma opinión la comparte Marina Bouso. Su puesto abarca conservas con alimentos de proximidad y, a pesar de que admita que los visitantes "compran mucha de sus anchoas", asegura que las ventas se "redujeron muchísimo". Para la comerciante, "antes vendíamos tres productos y ahora solo uno y, la inflación, se nota", concluye.