Aunque no se sabe a ciencia cierta el lugar de origen del vermú ya que algunos lo sitúan en la ciudad italiana de Turín y otros hablan de la región de Baviera, lo que está claro es que disfrutar de este amargo licor es una tradición totalmente asentada en Galicia. La etimología de la palabra "vermú" o "vermut" hay que buscarla en el alemán (wermut) y significa "ajenjo", que es también el principal ingrediente con el que se elabora la absenta. Mucho antes, alrededor del 460 a.C., el famoso médico y filósofo griego Hipócrates maceró en vino algunas hojas y flores de esta planta, creando así el "vino hipocrático" o "vino de hierbas".
Para corroborar la popularidad de este licor no hace falta más que acudir a cualquiera de las populares sesiones vermú que se celebran a lo largo del territorio gallego o visitar cualquier terraza. Y a pesar de que en otras latitudes normalmente se consume antes de la cena, aquí se toma a mediodía y acompañado de un aperitivo.
Antes, el ritual de salir a tomar el vermú era algo típico de los domingos, cuando se encontraba a granel en tabernas donde se servía solo o con sifón. También en cóctel, ya saben: “mezclado, no agitado”. Eso sí, frío y sin hielo. Se suele consumir a una temperatura de entre 8º y 12ºC y acompañado de algún cítrico, como la naranja, que le aportará más frescor. Ahora, para muchos, su consumo es sagrado y no se ciñe a un día en concreto.
Este auge del vermú no ha pasado desapercibido en Ribadeo, donde el gerente de Discosta, José Antonio Veiga, creó el vermú Arnao, que se realiza a partir de uvas tipo godello y albariño, hierbas aromatizadas y especias. Esto lo hace único, pues es la primera marca en trabajar con esta variedad de uva. Además, se produce de manera artesanal, sostenible y está elaborado con materias primas locales. Todo esto hace que la marca ya sea muy conocida más allá de A Mariña y el occidente de Asturias.
Además de los clásicos rojo y blanco, hace unas semanas presentaron dos nuevas variedades: barrica y mezclado. La primera de ellas se macera dos meses más en barricas de roble, lo que le aporta un toque diferente. El mezclado, una combinación de blanco y rojo, facilitará el trabajo del hostelero y es una variedad única en el mercado. Una presentación en las instalaciones de Adega San Damián en Dompiñor en la que el coctelero Iago Eiroa hizo varios cócteles usando los productos de la marca Arnao. El evento sirvió como introducción de sus nuevas conservas gourmet, todas realizadas con producto de las rías gallegas: navajas, mejillones fritos, zamburiñas, ventresca de atún y sardinillas.
Sus inicios, sin embargo, no fueron fáciles. Este producto, que salió al mercado a finales del 2019, se dio de bruces con una pandemia global. Una situación que afectó de manera extraordinaria al sector hostelero que, al igual que Arnao, vuelve a recuperarse con vitalidad.
Su nombre, Arnao, es un claro guiño a la playa que se sitúa a los pies del puente de los Santos, en el concejo asturiano de Castropol. El origen etimológico de este arenal hay que buscarlo en el latín y significa, precisamente, “lugar lleno de arena”. Y es que el bonito diseño de su botella, firmado por el estudio lucense Empedra, está repleto de coloridas imágenes que hacen referencia a ambas riberas de la ría que une Galicia y el Principado de Asturias.