Don Antonio Sarmiento de Sotomayor ocupó el cargo de Alcalde Mayor de Ribadeo desde agosto de 1602 hasta junio de 1610, un período destacado en la historia local. Durante su mandato, los astilleros de Ribadeo construyeron galeones de guerra para el rey Felipe III y se planteó por primera vez la necesidad de fortificar el puerto. Este alcalde era tataranieto de Pedro Álvarez de Sotomayor, conocido como "Pedro Madruga".
Recientemente, se han llevado a cabo análisis de ADN de los restos de Cristóbal Colón que podrían revelar una sorprendente conexión: la posibilidad de que Colón sea en realidad el mismo Pedro Madruga. Este jueves 10 de octubre, se presentarán los resultados preliminares de la investigación en la Real Academia de Medicina de Madrid, seguido por un documental en TVE el sábado 12 de octubre. El estudio, dirigido por el catedrático de Medicina Forense José Antonio Lorente, busca determinar la filiación del famoso navegante.
Alberto Paraje, ribadense y un apasionado de la historia local, expresa su deseo de que los resultados sean concluyentes y no caigan en la categoría de “publicidad engañosa”. Aunque la idea de que un alcalde de Ribadeo sea descendiente de Cristóbal Colón podría parecer más una “curiosidad” que un hallazgo significativo en la historia, Paraje sostiene que sí podría atraer la atención hacia la rica historia del municipio.
Según Paraje, aunque este descubrimiento pudiera ser fascinante, existen aspectos más relevantes en la historia de Ribadeo durante la época de Sarmiento. “Durante su mandato como alcalde de Ribadeo, Antonio Sarmiento de Sotomayor coincidió con un período clave en la construcción de galeones de guerra, ya que el astillero de Ribadeo fue el único en Galicia dedicado a esta actividad. A lo largo de su gestión, se conservan numerosas cartas que escribió al Conde de Gondomar, su influyente aliado en la Corte” afirma Paraje.
En estas misivas, Sarmiento no solo informaba sobre envíos de barriles con ostras y escabeches, sino que también solicitaba favores para sus amigos, como la posibilidad de nombrar a uno de ellos administrador de los alfolís de sal de Ribadeo. Además, llegó a pedir que se le considerara para el puesto de supervisor en la construcción de los galeones, mostrando así una práctica de tráfico de influencias que, aunque común hoy en día, ya era habitual en aquella época.
En una carta curiosa, Sarmiento mencionó que estaba preparando el envío de pieles de lobo cerval, aunque se lamentaba de que se habían estropeado durante el proceso de curación. El lobo cerval, que era un tipo de lince, nos da una idea de la vestimenta y las costumbres de la aristocracia de su tiempo.
“Si bien la posible conexión entre Colón y el alcalde Sarmiento resulta intrigante, Ribadeo cuenta con una historia llena de detalles significativos mucho más relevantes y que merecen ser recordados” concluye Alberto Paraje.