En los últimos años, una tendencia relativamente nueva ha ido ganando terreno en el mundo de la restauración: el cobro de reservas. Esta práctica, común en otras industrias como la aviación o la hotelería -aceptada por el consumidor- busca evitar pérdidas económicas para los establecimientos debido a clientes que reservan mesa y luego no se presentan, situación conocida como "no show" o “reserva fantasma”.
En España, esta tendencia está en aumento, en las últimas semanas conocíamos como cada vez son más los restaurantes de Asturias emplean esta práctica en determinados casos. Por ejemplo: pagar una fianza al ser más de ‘x’ personas, al reservar una determinada mesa, o al ser en fechas de gran afluencia de gente.
Sin embargo, esta tendencia ha generado debate entre los consumidores y la industria de la restauración. Algunos argumentan que el cobro de reservas podría disuadir a los clientes de hacer reservas, especialmente en momentos de incertidumbre económica. Otros cuestionan la legalidad de esta práctica y si realmente es ético cobrar por una reserva que, en teoría, debería ser gratuita
Carlos Fernández, responsable de la firma La Quinta, indica ”En nuestro caso no tiene razón de ser porque tenemos muy poco absentismo y nuestras mesas rotan muchas veces. La media de rotación de nuestros restaurantes suele ser de cuarenta mesas y no tenemos prácticamente ninguna cancelación. Entiendo que restaurantes con menos capacidad y comida más específica lo tengan más complicado, en nuestro caso el 100% es comida a la carta que la realizamos al momento”.
Jose Luis Pita, gerente de A Lonxa en Burela nos dice: “creo que es una medida que tendremos que acabar adoptando todos los restaurantes, ya que es un problema cada vez más frecuente, que el cliente no se presenta. Incluso hablando con compañeros de profesión, tenemos comprobado que un cliente reserva en varios sitios a la vez. Al final no se presenta ni avisa, o cuando avisa lo hace 5 o 10 minutos antes o después de la hora, causando un daño del cual creo que no es plenamente consciente”. Por otra parte, añade “considero que la gente se irá acostumbrando, al igual que en los alojamientos, que antes lo veíamos como un despropósito -que nos cobraran un adelanto por reservar una habitación- y ahora pagamos frecuentemente el 100% de la estancia por adelantado”.
En cuanto a implantar esta medida en su negocio, menciona: “nosotros estamos valorando aplicaciones y formas para llevarlo a cabo a corto plazo. Por ahora solo cobramos un depósito en los encargos para llevar, ya que nos pasó más de una vez que encargan un arroz o una parrillada para una hora y el cliente no aparece. Este caso es incluso peor que la opción de no aparecer en la reserva de mesa, ya que la comida está elaborada”.
Suso Louzao propietario del restaurante Louzao de Area en Viveiro, manifiesta que en su caso cuentan con una clientela fiel, y rara vez les aconteció esto. Considera esto aumenta la labor administrativa del restaurante, los cuales tienen otro fin. Pero indica que ve normal que ciertos establecimientos tomen medidas, que en su caso lo descarta por su modelo de negocio.
Si bien es legal exigir un pago por adelantado para reservar una mesa, este monto debe restarse de la factura final y nunca puede ser un suplemento. Los establecimientos también tienen derecho a retener este pago si el cliente no se presenta en la fecha designada, lo cual puede resultar en una pérdida financiera sustancial para el restaurante.
Aunque la ley no aborda específicamente la legalidad de este punto, los tribunales han respaldado a los restaurantes en casos donde la política de cancelación es clara y se ofrece una opción de posponer la reserva.