Veintiséis ediciones son, en efecto, una cifra «muy respetable» para una feria de agroalimentación y artesanía como la de San Tirso de Abres que, eso sí, tiene nombre propio. Y es que son muchos los productos que se venden (queso, miel, huevos, embutidos…) pero sobre todos ellos, destaca una especie de pan dulce en forma de «donut» (que dirían los más jóvenes), para los de San Tirso: «Roscas».
«Cuando creamos esta feria queríamos poner en valor y resaltar este producto típico de Semana Santa. Un producto especialmente santirseño como este, que forma parte de la idiosincrasia y acervo de nuestro pueblo», aseguró el alcalde de San Tirso de Abres, Clemente Martínez, este Jueves Santo, durante la inauguración de la feria.
Un evento de gran trascendencia para San Tirso y que tiene una «consolidación plena». Este año el homenaje era más que merecido, imperioso, a las elaboradoras de tan preciado dulce. «Esta es una comarca viva, aunque seguramente nos faltan algunos de aquellos que ayudaron en los inicios de estas ferias. El producto es estrella pero sin las personas que lo amasan y cuecen no hacemos nada», destacó el director general de Reto Demográfico, Marcos Niño, desde el polideportivo municipal donde se celebró la feria.
Pasado el mediodía, llegó el momento del homenaje, precisamente, a aquellas guardianas de la tradición que, año tras año, llevan a la feria las popularísimas roscas: Carola Acebo, Silvia Cotarelo, Isabel Fernández, Sagrario Fernández, Mireia Flores, Ana González, Remedios Gutierrez, Amparo Martínez, María Belén Maseda y María Rodil. Esta última, madre del propio regidor, Clemente Martínez Rodil, que emocionado le entregó el pequeño trofeo en forma de rosca.
El alcalde leyó también el Decreto de Alcaldía por el que se hace oficial el homenaje a las vecinas y contó que lo llevará al próximo pleno, que lo respalda por unanimidad. La inauguración, a la que asistió también la diputada regional por el Occidente, Alba Álvarez, culminó con la escucha del himno de Asturias y el himno de San Tirso y, por supuesto, un «Vivan as roscas y as rosqueiras».