El próximo domingo 13 de abril, a las 12.00 horas, el espigón de la playa de A Rapadoira será testigo de un homenaje tan sencillo como profundo. Amigos, familiares y vecinos de Foz despedirán a Francisco Varela Villasante, más conocido como Paco, fallecido el pasado día 7 a los 54 años tras una larga batalla contra el cáncer. No será una ceremonia convencional: en lugar de flores, se lanzarán margaritas al mar. Un gesto lleno de simbolismo para alguien cuya filosofía de vida quedó resumida en una frase que sus amigos no olvidarán: «¿Veis margaritas en el campo? Pues hasta que no veáis margaritas, a mí no me veis en el agua» Detrás de ese recuerdo -por lo friolero que era- entre risas y olas hay una historia de amor por la vida, por el mar y por la amistad.
Aunque natural de Barcelona, Paco llegó a Foz siendo un niño y ahí echó raíces. Electricista de profesión, fue también uno de los pioneros del surf en A Mariña lucense. Sus compañeros de tabla no dudan en afirmar que, más allá de su destreza, lo que realmente lo hacía especial era su forma de ser: «No era el mejor surfista, ni el que más entraba al agua, pero era, sin duda, uno de los más queridos. Simpático, cero conflictivo, de esos que siempre sumaban. Lo queríamos muchísimo, y no solo en el agua. También la gente del fútbol, su entorno laboral… era muy, muy querido por todos».
Y esa huella que dejó en tantos espacios de la vida cotidiana se verá reflejada este domingo en A Rapadoira, cuando quienes lo conocieron le digan adiós rodeados de mar, tablas y margaritas.
Paco había dejado de surfear con frecuencia por motivos laborales, pero todo cambió tras el diagnóstico de un cáncer de pulmón. «Se obsesionó con la idea de no poder volver a surfear. Su oncóloga lo animó a intentarlo, y Paco hizo todo lo que estuvo en su mano para lograrlo».
Y lo consiguió. Durante casi dos años tras el diagnóstico, volvió a entrar al agua, con más fuerza y pasión que nunca. «Surfeó mejor que nunca, lo disfrutó muchísimo. Nos regaló momentos mágicos. Nos hizo entender la importancia de hacer lo que amas y vivir el presente. Con él aprendimos muchísimo».
El homenaje del domingo no será un acto solemne, sino una despedida llena de luz, fiel al espíritu de Paco. «Queríamos despedirnos de él desde nuestro nexo común: el surf. Y hacerlo con algo tan suyo como las margaritas. Siempre decía que no entraba al agua hasta que no las veía florecer en el campo».
Amigos que quieran surfear, vecinos que deseen acercarse al espigón, o simplemente quienes compartieron algún momento con él, todos están invitados.
Francisco Varela Villasante, Paco Valdano para los suyos —apodo que nació por su parecido con el entrenador de fútbol homónimo—, deja tras de sí una estela de cariño difícil de olvidar. Este domingo, Foz le rendirá el homenaje que merece.