Un legado arquitectónico de extraordinario valor
Las construcciones indianas dan un colorido especial a Ribadeo y han convertido a la villa en un referente
La emigración es, en cierto modo, un sinónimo de exploración, de buscar o inventarse una nueva vida que permita disfrutar de nuevas oportunidades. Una vez que, a mediados del siglo XIX, las restricciones a la emigración se aliviaron en España, muchos habitantes de Ribadeo se aventuraron al otro lado del Océano Atlántico. Allí encontraron, además de un paraíso económico, una cultura diferente. Se labraron un porvenir que les permitió regresar, años después, con una situación financiera mucho más desahogada.
No obstante, la emigración posee un doble flujo. El emigrante viaja para mejorar sus condiciones de vida, pero también se empapa del nuevo entorno que lo acoge y que le influye para el resto de su vida. Ese proceso permitió que, a finales del siglo XIX y a principios del siglo XX, los retornados, los indianos, impulsasen Ribadeo para convertir a la villa en un hervidero social, económico y cultural.
Cuando los emigrantes empezaron a regresar a Ribadeo a finales del siglo XIX, también les dieron poder a los recuerdos de la vida de ultramar. Emularon los lugares para vivir y las mansiones que habían conocido en América. La arquitectura local se mezcló con otra de estructura y colorido más caribeña. ¿Ribadeo o La Habana?, se preguntaría algún visitante cuando divisó unas viviendas de rasgos y colores tan distintivos como peculiares. Un poco de todo.
La arquitectura indiana se mezcló con las construcciones tradicionales en un intento de demostrar que, una vez concluida la aventura de la emigración, se simbolizase el éxito cosechado en el exilio. Se trata de viviendas amplias, abiertas al exterior y con la apuesta por nuevas formas y materiales. Son típicas de esta arquitectura las edificaciones con adornos en las fachadas, jardines con plantas tropicales y tapias de forja. Todo un delirio para la vista que, con el paso de los años, ha pasado de ser un símbolo de ostentación a patrimonio inconfundible de Ribadeo.
Las viviendas construidas en Galicia están inspiradas en las edificaciones que, en aquella época, eran habituales en lugares como La Habana o Buenos Aires. Y, muchas décadas más tarde de que fuesen alzadas, Ribadeo puede presumir de ser el ayuntamiento gallego que, en términos relativos, cuenta con una mayor cantidad de casas indianas.
Ribadeo propone dos rutas indianas que permiten paladear el poderío de aquella arquitectura. La urbana comienza en la Torre de los Moreno, construida entre 1914 y 1915, y acaba en el Cuartel Vello. La de las parroquias arranca en la Granja Escuela Pedro Murias, un ejemplo de la labor de mecenazgo realizada hace muchas décadas, y concluye en Casa Acevedo y Casa Pancracio, dos edificios sobrios y que poseen especies vegetales de origen indiano en los jardines.
Son los lazos arquitectónicos que unen el pasado y el presente.