Indianos que dejaron huella
Los hermanos Pedro y Juan Moreno Ulloa, nacidos en la parroquia de Ove, son un ejemplo emblemático. Financiaron la construcción de la Torre de los Moreno en el solar de la antigua fortaleza medieval de Ribadeo y contribuyeron a la urbanización del Cantón, la construcción del cementerio municipal y la mejora de la infraestructura local, incluyendo la Escuela Número 2 y la Banda de Música de Ribadeo.
Desde Cuba, Pedro Murias Rodríguez destinó recursos para adquirir campanas para las parroquias locales y estableció un fondo para la educación y la rehabilitación juvenil en Ribadeo, cuyo impacto perdura hasta hoy en el Centro de Formación e Experimentación Agraria Pedro Murias .
Inocencio Aguiar López, oriundo de Rinlo, emigró a Cuba en la segunda mitad del siglo XIX, destacándose en la industria tabaquera y siendo reconocido como Caballero de Primera Clase de la Real Orden del Mérito Naval por la construcción del primer faro privado del Cantábrico en su propiedad. Su generosidad se extendió a la construcción del cementerio y la iglesia de Rinlo, así como al apoyo constante a la educación en su pueblo natal.
José Acevedo Martínez, natural de A Devesa, fundó una tabaquera en Cuba que le permitió amasar una considerable fortuna. Al regresar, contribuyó significativamente a la construcción del cementerio de su parroquia y fue un impulsor clave de la educación local, incluyendo la escuela de Cinxe y el Círculo Habanero de la Devesa. Durante la dictadura de Primo de Rivera, también ejerció como alcalde, liderando con determinación los destinos de Ribadeo.
La calle Ramón González de Ribadeo rinde homenaje a otro destacado indiano, nacido en la villa en 1856, quien emigró a Argentina y dejó un legado impresionante en la Plaza de Abastos, el Ateneo y la Biblioteca de Ribadeo. Su contribución incluyó la donación de un terreno para la construcción del local social de la Sociedad de Socorros Mutuos La Concordia, siendo reconocido como Hijo Predilecto de Ribadeo y condecorado con la Gran Cruz de Beneficencia.
Clemente Martínez Pasarón, exitoso comerciante en Buenos Aires, canalizó su prosperidad en donaciones para el hospital local y la creación de una fundación educativa que lleva su nombre, cuya implementación fue llevada a cabo por su viuda, Ernestina Mansilla.
Jesús Rodríguez Murias, quien emigró a Cuba en la segunda mitad del siglo XIX, dejó un legado importante en Rinlo con la construcción de escuelas, lavaderos y fuentes, además de contribuir a la modernización de las infraestructuras locales, incluyendo la traída de aguas para Ribadeo.
A estos indianos ribadenses, se le suman muchos más que también trajeron prosperidad a su tierra natal, y además sembraron las semillas del progreso y la solidaridad. Su legado continúa vivo en las calles, plazas y corazones de Ribadeo.