Muere la osa Paca, a los 36 años: esta su historia como «símbolo de la lucha por la supervivencia del oso pardo cantábrico»

Paca, adulta y cuando era una osezna. Foto: Fundación Oso de Asturias

Veterinarios recomendaron practicarle la eutanasia por sus problemas de movilidad y el deterioro irreversible de su estado físico

«Aquel primer momento de abrir el maletero y verlas fue decepcionante, córcholis, vaya oseznos más esmirriados, y es que eran dos bolucas peludas no más grandes que un gato  de poco tamaño, pero eso fue la primera impresión para pasar, en el momento en que  el actual Director General del Fondo Mundial para la Conservación de la Naturaleza en España, Juan Carlos del Olmo, las tomo cada una en sus manos, pasamos a darnos cuenta que quizás eran pequeñinas, pero eran las joyas más valiosas de la naturaleza asturiana». Así relataba, hace unos años, Roberto Hartasánchez, fundador del Fondo para la Protección de los Animales Salvajes (FAPAS), el flechazo con «Paca y Tola». Era 1989, las oseznas eran hermanas y huérfanas y fueron rescatadas después de que un cazador furtivo matara a su madre.

En 2018, falleció Tola y, ahora, el Principado ha tenido que practicarle la autopsia compasiva a Paca, ante sus problemas de movilidad. «Se agravaron en los últimos días y comprometían su calidad de vida. La decisión se tomó tras analizar el último informe veterinario sobre el animal, que revelaba un deterioro irreversible de su estado físico, así como una severa disminución de la reacción ante estímulos y una pobre condición corporal», explica la Consejería de Medio Rural. 

Según sus cuidadores, Paca era una hembra dominante y de comportamiento tranquilo. Su pelaje era marrón claro, sobre todo en su cabeza. El peso máximo que registró antes de la hibernación fue de 135 kilos. Aunque, ahora, a sus 36 años, ya no ingería la medicación que necesitaba para aliviar los síntomas de la artrosis, «una situación que motivó en los últimos tiempos su postración prolongada durante largos períodos», detallan. 

Diferentes expertos, veterinarios de la consejería, la veterinaria de la Fundación Oso Asturias (encargada de la atención facultativa) y el cuidador habitual del animal fueron los encargados de practicar la eutanasia este jueves. Después, el cuerpo de Paca se trasladó al Centro de Recuperación de la Fauna Silvestre de Sobrescobio, donde se practicará la necropsia.

Como reconoce el Principado, las osas Paca y Tola fueron un símbolo de la lucha por la supervivencia del oso pardo cantábrico. «Ambos ejemplares permanecían desde 1996 bajo el cuidado de la Fundación Oso Asturias en el cercado de Santo Adriano, tras un breve periodo en Vic (Cataluña) y en Hosquillo (Cuenca) y una vez constatada la imposibilidad de que sobrevivieran en libertad. Su presencia en los cercados oseros y su propia historia despertó conciencias y favoreció la puesta en marcha de un plan para la recuperación de la especie que, sin embargo, continúa todavía en peligro de extinción», subraya el ejecutivo regional.