La concentración, que se ha desarrollado de manera pacífica, limitó el acceso de vehículos a la plaza de Santo Domingo y cerró al público la calle San Marcos y contó con un importante dispositivo policial después de lo ocurrido la anterior semana en la movilización de Ourense, que se saldó con varios heridos y detenidos.
Los bomberos comarcales gallegos, que llevan en huelga desde hace cuatro meses, exigen a las administraciones de las que dependen —Xunta de Galicia y diputaciones provinciales— una mejora de sus condiciones laborales. Reclaman una mejora salarial, un incremento de «cinco efectivos por turno» en la dotación mínima de personal para garantizar la seguridad ciudadana y la suya propia, y el pago de las horas extraordinarias y los pluses pendientes. Las negociaciones parecen estar, en este punto, enquistadas.
En la marcha, los profesionales han escenificado un cortejo fúnebre —portando un ataúd y varias coronas de flores— en lo que sería una metáfora de la muerte del Consorcio Provincial. La comitiva llegó hasta la plaza de San Marcos, donde simularon una “homilía”.
Tomé ve inadmisible una subida salarial del 50%
El presidente de la Deputación Provincial de Lugo, José Tomé, ha criticado con dureza las demandas del colectivo, manifestando que una subida salarial del 50% «no es admisible» ya que implicaría «duplicar el gasto actual».
Además, ha acusado a los bomberos comarcales de mentir, pues para el presidente del ente provincial, el cierre de parques que se repite semana tras semana desde hace meses no se debe a la exigencia de hacer horas extraordinarias. «Eso es mentira, lo que no van es a trabajar. Se da la circunstancia de que se ponen enfermos cuando van a trabajar todos los días un buen porcentaje de ellos. Si no tenemos el suficiente número de personas en cada parque, que son tres, pues tenemos que cerrarlo», añadió.
Las declaraciones de Tomé evidencian que un posible acuerdo es «muy complicado» debido a las «líneas rojas» marcadas por el colectivo de bomberos.
