Cervo, un destino para sentir
Con impresionantes paisajes costeros, playas de fina arena y un legado cultural excepcional, Cervo cautiva por su entorno y por sus festividades tradicionales, que cada año atraen a miles de visitantes.
Cervo, capital del municipio que lleva su mismo nombre, destaca por su encanto rural y su valor histórico. El núcleo de Cervo, con la Praza do Souto como centro neurálgico, alberga un casco antiguo lleno de carácter y combina su patrimonio arquitectónico con un entorno natural privilegiado.
Una de las joyas de Cervo es la localidad de San Ciprián, también conocida como la Península de la Paz, rodeada de preciosos arenales como las playas de O Torno, Cubelas y A Caosa. En esta localidad destaca su puerto pesquero, con una larga historia que data de los siglos XIV y XV, cuando se construían carabelas y funcionaba una fábrica de salazón, cuyos restos aún se pueden ver en el conocido como Castillo Marino. En el punto más alto de la zona recreativa de San Ciprián, la Atalaya, se encuentra el Faro, que vigila el horizonte y las míticas Islas de los Farallóns, cuna de la leyenda de A Maruxaina, que cada año revive en una fiesta popular llena de tradición.
Cervo es un destino perfecto para disfrutar de la naturaleza y la historia. El Parque Natural de Sargadelos, en la parroquia homónima, alberga los restos de las fundiciones y fábricas del siglo XVIII fundadas por el Marqués de Sargadelos, parte del Conjunto Histórico Patrimonial. Aquí también se encuentra el Centro de Emprendimiento, inaugurado en 2018 en las antiguas caballerizas restauradas, con locales de artesanía y el taller de forja artística de Telmo Cao, que hacen de este enclave un punto único de creatividad y cultura.
El patrimonio religioso de Cervo está estrechamente vinculado con la tradición marinera y con la huella cristiana de la comarca, que se remonta al siglo IX. Las capillas de San Ciprián y Santa Eufemia, entre otras, son testigos de esa rica historia religiosa.
El municipio también es hogar de varios pazos, como el Pazo do Marqués de Sargadelos y el Pazo do Marqués de Pedrosa, que son ejemplos de la arquitectura rural gallega, construidos entre los siglos XVII y XIX.
Cervo es un destino de gran interés gastronómico, especialmente por su vinculación con el mar. La Festa do Ourizo, celebrada en San Ciprián, es una de las festividades más destacadas, donde se homenajea al erizo de mar, un manjar exquisito preparado de diversas maneras en los bares y restaurantes locales. Además, la Festa do Ovo Frito, en Cervo, es otra celebración popular que atrae a numerosos visitantes cada año.
Las tres fiestas declaradas de Interés Turístico en Cervo son la Queimada Popular, que se celebra en agosto y combina teatro, música, bailes y la tradicional queimada en un espectáculo que simboliza la lucha entre el bien y el mal; la Maruxaina, que revive la leyenda de una sirena mitad mujer, mitad pez, con desfiles, juegos populares y una representación teatral en la playa; y la anteriormente mencionada Festa do Ourizo.
Cervo es un destino que combina la belleza de su paisaje natural con la riqueza de su patrimonio histórico, religioso y cultural, convirtiéndose en un lugar perfecto para aquellos que buscan disfrutar de la auténtica Galicia.